2108 d.C. julio 22

Noveno Domingo después de Pentecostés

Propio 11

Colectas

Dios omnipotente, fuente de toda sabiduría, tú conoces nuestras necesidades antes de que te pidamos, y nuestra ignorancia en pedir: Ten compasión de nuestras flaquezas, y danos, por tu misericordia, aquellas cosas que por nuestra indignidad y ceguedad no sabemos ni nos atrevemos a pedirte; por los méritos de Jesucristo tu Hijo nuestro Señor; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Lecciones

Leccionario Común Revisado — Año B

Serie Semicontinua
Serie Complementaria

Leccionario del Oficio Diario — Año Dos

Oración Matutina
Oración Vespertina

Leccionario de 1979 — Año B

Prefacios

1. De Dios Padre

Porque tú eres fuente de luz y vida; nos hiciste a tu imagen, y nos llamaste a nueva vida en nuestro Señor Jesucristo.

o

2. De Dios Hijo

Por nuestro Señor Jesucristo, quien el primer día de la semana venció a la muerte y al sepulcro, y por su gloriosa resurrección nos abrió el camino de la vida eterna.

o

3. De Dios Espíritu Santo

Porque por medio del agua y del Espíritu Santo nos has hecho un pueblo nuevo en nuestro Señor Jesucristo, para manifestar tu gloria en todo el mundo.

Colores litúrgicos

Verde

Santa María Magdalena

Artemisia Gentileschi, María Magdalena en éxtasis, c. 1620–c. 1625.

Colectas

Dios omnipotente, cuyo bendito Hijo restauró a María Magdalena a la salud de cuerpo y mente, y la llamó a ser testigo de su resurrección: Concede, en tu misericordia, que por tu gracia seamos sanados de todas nuestras enfermedades y te conozcamos en el poder de la vida perdurable de Cristo; que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Lecciones

Leccionario Común Revisado — Año B

Leccionario del Oficio Diario — Año Dos

Oración Matutina
Oración Vespertina

Prefacios

Porque en la multitud de tus santos, nos has rodeado de una gran nube de testigos, para que nos regocijemos en su comunión, y corramos con perseverancia la carrera que nos es propuesta; y, junto con ellos, recibamos la corona de gloria que no se marchita.

Colores litúrgicos

Blanco o dorado

Referencias