2024 d.C. marzo 31
Domingo de Resurrección (Día de Pascua)
Colectas
Dios todopoderoso, que por nuestra redención entregaste a tu unigénito Hijo a muerte de cruz, y por su resurrección gloriosa nos libraste del poder de nuestro enemigo: Concédenos morir diariamente al pecado, de tal manera que, en el gozo de su resurrección, vivamos siempre con Jesucristo tu Hijo nuestro Señor; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
o
Oh Dios, que hiciste resplandecer esta noche santísima con la gloria de la resurrección del Señor: Aviva en tu Iglesia aquel Espíritu de adopción que nos es dado en el Bautismo, para que nosotros, siendo renovados tanto en cuerpo como en mente, te adoremos en sinceridad y verdad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
o
Dios omnipotente, que por medio de tu Hijo unigénito Jesucristo has vencido la muerte y nos abriste la puerta de la vida eterna: Concede a los que celebramos con gozo el día de la resurrección del Señor, que seamos resucitados de la muerte del pecado por tu Espíritu vivificador; mediante Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Lecciones
Leccionario Común Revisado — Año B
Servicio Principal
- Hechos 10:34–43 o Isaías 25:6–9
- Salmo 118:1–2, 14–24
- I Corintios 15:1–11 o Hechos 10:34–43
- Juan 20:1–18 o Marcos 16:1–8
Servicio Tarde
Leccionario del Oficio Diario — Año Dos
Oración Matutina
Oración Vespertina
Leccionario de 1979 — Año B
Servicio Temprano
- Génesis 1:1–2:4a o Génesis 7:1–5, 11–18; 8:6–18; 9:8–13 o Génesis 22:1–18 o Éxodo 14:10–31; 15:20–21 o Isaías 55:1–11 o Ezequiel 36:24–28 o Ezequiel 37:1–14 o Sofonías 3:14–20
- Salmo 114
- Romanos 6:3–11
- Mateo 28:1–10
Servicio Principal
- Hechos 10:34–43 o Isaías 25:6–9
- Salmo 118:14–29 o 118:14–17, 22–24
- Colosenses 3:1–4 o Hechos 10:34–43
- Marcos 16:1–8
Servicio Tarde
Prefacios
Pero principalmente tenemos que alabarte por la gloriosa resurrección de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo; pues él es el verdadero Cordero Pascual, quien fue sacrificado por nosotros, y ha quitado los pecados del mundo. Por su muerte ha destruido la muerte, y por su resurrección a la vida, ha conquistado para nosotros la vida eterna.
Colores litúrgicos
Blanco o dorado
Referencias
Juan Donne, Presbítero, 1631
Colores litúrgicos
Blanco o dorado