2005 d.C. noviembre 6

Vigésimo Quinto Domingo después de Pentecostés

Propio 27

Colectas

Oh Dios, cuyo bendito Hijo vino al mundo para destruir las obras de Satanás y hacernos hijos de Dios y herederos de la vida eterna: Concede que, teniendo esta esperanza, nos purifiquemos así como él es puro; para que, cuando vuelva con poder y gran gloria, seamos hechos a su semejanza en su glorioso y eterno reino; donde contigo y el Espíritu Santo, vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Lecciones

Leccionario Común Revisado — Año A

Serie Semicontinua
Serie Complementaria

Leccionario del Oficio Diario — Año Uno

Oración Matutina
Oración Vespertina

Leccionario de 1979 — Año A

Prefacios

1. De Dios Padre

Porque tú eres fuente de luz y vida; nos hiciste a tu imagen, y nos llamaste a nueva vida en nuestro Señor Jesucristo.

o

2. De Dios Hijo

Por nuestro Señor Jesucristo, quien el primer día de la semana venció a la muerte y al sepulcro, y por su gloriosa resurrección nos abrió el camino de la vida eterna.

o

3. De Dios Espíritu Santo

Porque por medio del agua y del Espíritu Santo nos has hecho un pueblo nuevo en nuestro Señor Jesucristo, para manifestar tu gloria en todo el mundo.

Colores litúrgicos

Verde

Guillermo Temple, Arzobispo de Cantórbery, 1944

Colores litúrgicos

Blanco o dorado

Referencias