1990 d.C. marzo 25
Cuarto Domingo en Cuaresma (Domingo de Laetare)
Colectas
Padre bondadoso, cuyo bendito Hijo Jesucristo descendió del cielo para ser el pan verdadero que da vida al mundo: Danos siempre este pan, para que él viva en nosotros y nosotros en él; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Lecciones
Leccionario Común Revisado — Año A
Leccionario del Oficio Diario — Año Dos
Oración Matutina
Oración Vespertina
- Salmo 19; 46
- Jeremías 14:1–9, 17–22 (opcional)
- Romanos 8:11–25
Leccionario de 1979 — Año A
Prefacios
Por nuestro Señor Jesucristo; quien en todo fue tentado como nosotros, mas nunca cometió pecado. Por su gracia podemos triunfar sobre todo mal y no vivir ya más para nosotros, sino para él, que murió y resucitó por nosotros.
o
Tú ordenaste a tu pueblo fiel purificar sus corazones y prepararse con gozo para la fiesta Pascual; para que, fervientes en la oración y en las obras de misericordia, y renovados por tu Palabra y Sacramentos, lleguen a la plenitud de la gracia que tú has preparado para los que te aman.
Colores litúrgicos
Morado (rosa opcional)
Referencias
La Anunciación de Nuestro Señor Jesucristo a la Bienaventurada Virgen María
Colectas
Derrama tu gracia en nuestros corazones, oh Señor, para que los que hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, anunciada por un ángel a María la Virgen, seamos llevados por la cruz y pasión de Cristo a la gloria de su resurrección; quien vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Lecciones
Leccionario Común Revisado — Año A
- Isaías 7:10–14
- Salmo 45 o Salmo 40:5–10 o Cántico 8
- Hebreos 10:4–10
- Lucas 1:26–38
Leccionario del Oficio Diario — Año Dos
Oración Matutina
Oración Vespertina
Leccionario de 1979 — Año A
- Isaías 7:10–14
- Salmo 40:1–11 o 40:5–10 o Cántico 8
- Hebreos 10:5–10
- Lucas 1:26–38
Prefacios
Porque en el misterio del Verbo hecho carne, tú has hecho que una luz nueva brille en nuestros corazones, para darnos el conocimiento de tu gloria en la faz de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Colores litúrgicos
Blanco o dorado