1984 d.C. febrero 26
Octavo Domingo después de la Epifanía
Colectas
Amantísimo Padre, cuya voluntad es que te demos gracias por todas las cosas, que no temamos nada sino el perderte a ti, y que te confiemos todas nuestras preocupaciones, pues cuidas de nosotros: Presérvanos de temores infieles y de ansiedades mundanas, para que ninguna nube de esta vida mortal oculte de nosotros la luz de ese amor inmortal que tú nos has manifestado en tu Hijo Jesucristo nuestro Señor; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Lecciones
Leccionario Común Revisado — Año A
Leccionario del Oficio Diario — Año Dos
Oración Matutina
Oración Vespertina
Leccionario de 1979 — Año A
Prefacios
Porque en el misterio del Verbo hecho carne, tú has hecho que una luz nueva brille en nuestros corazones, para darnos el conocimiento de tu gloria en la faz de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
o
1. De Dios Padre
Porque tú eres fuente de luz y vida; nos hiciste a tu imagen, y nos llamaste a nueva vida en nuestro Señor Jesucristo.
o
2. De Dios Hijo
Por nuestro Señor Jesucristo, quien el primer día de la semana venció a la muerte y al sepulcro, y por su gloriosa resurrección nos abrió el camino de la vida eterna.
o
3. De Dios Espíritu Santo
Porque por medio del agua y del Espíritu Santo nos has hecho un pueblo nuevo en nuestro Señor Jesucristo, para manifestar tu gloria en todo el mundo.
Colores litúrgicos
Verde