1950 d.C. mayo 15
El Sexto Lunes de Pascua
Colectas
Oh Dios, tú has preparado para los que te aman cosas tan buenas que sobrepasan nuestro entendimiento: Infunde en nuestros corazones tal amor hacia ti, que, amándote en todo y sobre todas las cosas, obtengamos tus promesas, que exceden todo lo que podamos anhelar; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Lecciones
Leccionario del Oficio Diario — Año Dos
Oración Matutina
Oración Vespertina
- Salmo 77; 79 o 77
- Deuteronomio 8:1–10 (opcional)
- Colosenses 1:9–14
Colores litúrgicos
Blanco o dorado
Día de Rogativa
Colectas
Dios omnipotente, Señor del cielo y de la tierra: Te suplicamos humildemente que, de tu bondadosa providencia, nos des y conserves para nuestro uso los frutos de la tierra y de los mares, y hagas prosperar a todos los que trabajan para obtenerlos, a fin de que nosotros, que recibimos continuamente la abundancia de tu generosidad, te demos siempre gracias; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
o
Dios todopoderoso, cuyo Hijo Jesucristo en su vida terrenal compartió nuestro esfuerzo y santificó nuestro trabajo: Sé con tu pueblo dondequiera que trabaje; haz que cuantos se ocupan de la industria y el comercio de esta tierra sean sensibles a tu voluntad; concédenos satisfacción en todo lo que hagamos y una justa retribución por nuestro trabajo; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
o
Oh bondadoso Creador, cuya mano está abierta para satisfacer las necesidades de todo ser viviente: Haz que seamos siempre agradecidos por tu amorosa providencia; y concede que, recordando la cuenta que un día hemos de rendir, seamos fieles mayordomos de tus dones; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Lecciones
Leccionario Común Revisado — Año C
I
II
III
Prefacios
Pero principalmente tenemos que alabarte por la gloriosa resurrección de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo; pues él es el verdadero Cordero Pascual, quien fue sacrificado por nosotros, y ha quitado los pecados del mundo. Por su muerte ha destruido la muerte, y por su resurrección a la vida, ha conquistado para nosotros la vida eterna.
Colores litúrgicos
Blanco o dorado