1937 d.C. mayo 3

El Sexto Lunes de Pascua

Colectas

Oh Dios, tú has preparado para los que te aman cosas tan buenas que sobrepasan nuestro entendimiento: Infunde en nuestros corazones tal amor hacia ti, que, amándote en todo y sobre todas las cosas, obtengamos tus promesas, que exceden todo lo que podamos anhelar; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Lecciones

Leccionario del Oficio Diario — Año Uno

Oración Matutina
Oración Vespertina

Colores litúrgicos

Blanco o dorado

Día de Rogativa

Colectas

Dios omnipotente, Señor del cielo y de la tierra: Te suplicamos humildemente que, de tu bondadosa providencia, nos des y conserves para nuestro uso los frutos de la tierra y de los mares, y hagas prosperar a todos los que trabajan para obtenerlos, a fin de que nosotros, que recibimos continuamente la abundancia de tu generosidad, te demos siempre gracias; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

o

Dios todopoderoso, cuyo Hijo Jesucristo en su vida terrenal compartió nuestro esfuerzo y santificó nuestro trabajo: Sé con tu pueblo dondequiera que trabaje; haz que cuantos se ocupan de la industria y el comercio de esta tierra sean sensibles a tu voluntad; concédenos satisfacción en todo lo que hagamos y una justa retribución por nuestro trabajo; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

o

Oh bondadoso Creador, cuya mano está abierta para satisfacer las necesidades de todo ser viviente: Haz que seamos siempre agradecidos por tu amorosa providencia; y concede que, recordando la cuenta que un día hemos de rendir, seamos fieles mayordomos de tus dones; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Lecciones

Leccionario Común Revisado — Año B

I
II
III

Prefacios

Pero principalmente tenemos que alabarte por la gloriosa resurrección de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo; pues él es el verdadero Cordero Pascual, quien fue sacrificado por nosotros, y ha quitado los pecados del mundo. Por su muerte ha destruido la muerte, y por su resurrección a la vida, ha conquistado para nosotros la vida eterna.

Colores litúrgicos

Blanco o dorado

Referencias