2125 d.C. noviembre 11

Vigésimo Segundo Domingo después de Pentecostés

Propio 27

Aclamaciones

Celebrante: Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Pueblo: Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amén.

Colectas

Oh Dios, cuyo Hijo bendito vino al mundo para destruir las obras del demonio y hacernos hijos de Dios y herederos de la vida eterna: Concede que, teniendo esta esperanza, nos purifiquemos como Él que es puro; para que, cuando vuelva con poder y gran gloria, seamos transformados como Él en su reino eterno y glorioso; donde vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Lecciones

Leccionario para los Domingos, Días Santos y Conmemoraciones — Año A

Leccionario del Oficio Diario

Oración Matutina
Oración Vespertina

Prefacios

Por Jesucristo nuestro Señor, que el primer día de la semana venció a la muerte y al sepulcro, y por su gloriosa resurrección nos abrió el camino de la vida eterna.

Colores litúrgicos

Verde

Martín, Obispo de Tours, 397

El Greco, San Martín y el mendigo, c. 1597–c. 1605, Instituto de Arte de Chicago, Chicago.

Colores litúrgicos

Blanco o dorado

Referencias

Día del Recuerdo (Canadá)

Aclamaciones

Celebrante: Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Pueblo: Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amén.

Colectas

Oh Rey y Juez de las naciones: Recordamos ante ti con corazones agradecidos a los hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas, quienes en el día de la decisión se aventuraron mucho por las libertades que ahora disfrutamos; haz que no descansemos hasta que toda la gente de esta tierra comparta los beneficios de la verdadera libertad y acepte con gusto sus disciplinas; por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, ahora y por siempre. Amén.

Lecciones

Leccionario para los Domingos, Días Santos y Conmemoraciones — Año A

Prefacios

Por Jesucristo nuestro Señor, que resucitó victorioso de entre los muertos y nos consuela con la esperanza bienaventurada de la vida eterna. Porque para tu pueblo fiel, oh Señor, la vida se transforma, no termina; y cuando nuestro cuerpo mortal descanse en la muerte, habrás preparado para nosotros una morada eterna en los cielos.

o

Por el sacrificio de tu Hijo en la Cruz, todos los que se vuelvan a él en la tribulación de la guerra encontrarán su paz con él en el paraíso.

Colores litúrgicos

Verde

Referencias